Era 9 de enero del año 2007, y el público repleto de la MacWorld esperaba con ansias las novedades de Apple. El entonces CEO, Steve Jobs, presentaba el nuevo teléfono inteligente que había estado ideando por años, y que saldría a la venta casi 6 meses más tarde.
Comenzaba una revolución silenciosa. El mundo de la tecnología estaba escéptico, empresas como BlackBerry, Nokia y Motorola e incluso el Director Ejecutivo de Microsoft de la época se burlaban del iPhone diciendo: “Cuesta 500 USD ¿Quién compraría esto que ni teclado tiene? los ejecutivos prefieren el teclado” (¿te suena familiar?). Al parecer estaba un poco equivocado.
Los primeros usuarios del iPhone comenzaron a experimentar una nueva forma de uso: pantalla táctil, más ligero, otras proporciones y aplicaciones móviles que en un tiempo más cambiarían incluso la forma en cómo nos movemos y relacionamos. Si tuviste uno, o conociste a alguien que tuvo, el interés y las preguntas de otras personas aparecían en cada momento, te convertías en el centro de atención explicando cómo funcionaba, cuánto duraba la batería, cómo se accedía a las aplicaciones, e incluso te lo pedían prestado para ocuparlo. Parecía un aparato que venía del futuro, similar a lo que ya existía, pero distinto a lo que estábamos acostumbrados.
Casi al mismo tiempo, Elon Musk estaba presentando su primera gran creación comercial: el Tesla Roadster, que sería el impulso para diseñar desde cero el primer sedán premium completamente eléctrico: el Model S, convirtiéndose en el mejor de su clase en todas las categorías. Pero otro día hablaremos de eso.
Vehículos eléctricos aún no existen muchos, sigue habiendo escepticismo, porque es parecido a lo que ya existe, pero diferente a lo que acostumbramos. Las personas se voltean a verte cuando estacionas o aceleras porque suena distinto, tu familia se te acerca para que los lleves a dar una vuelta. Tus amigos, vecinos y compañeros de trabajo te dicen “vamos a verlo”, e incluso desconocidos en Centros Comerciales conversan contigo para conocer tu experiencia -y algunos hasta piensan seriamente en cambiarse a eléctrico-.
Es un rompe hielo, te vuelve atractivo/a, y te conviertes en el centro de atención respondiendo preguntas sobre la conducción, la carga, cuánto dura la batería, cómo suena, si se puede mojar, qué tan rápido acelera, e incluso algunos te lo piden para ocuparlo.
La historia es cíclica. Hoy pasa nuevamente lo mismo. Es como tener un iPhone el 2007, eres el centro de atención.
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Un abrazo eléctrico, Christian de Evsy.
Evsy es la app #1 para usuarios de vehículos eléctricos en Latinoamérica.